lunes, 11 de noviembre de 2013

Literatura Contemporánea.

Lhistoria de la literatura moderna: no se designa con el nombre de literatura moderna a la literatura de la Edad Moderna, sino a la de nuestra Edad Contemporánea , definida habitualmente como el periodo iniciado con la Revolución Francesa (1789) hasta el presente, de modo que es también muy usualmente denominada como literatura contemporánea. No obstante, es un concepto definido con criterios estéticos y no tanto cronológicos, caracterizándose por los valores de originalidad y la ruptura más que por los de la tradición y la continuidad; de un modo similar a como se define el arte moderno o el arte contemporáneo.

Literatura Romántica. 
El romanticismo fue un movimiento de tipo cultural y político, que surgió en Europa a partir del prerromanticismo de finales del siglo XVIII. Los románticos consideraban la libertad como causa suprema, tanto en el arte como en la política y la vida personal. En contraposición al neoclasicismo, el romanticismo se caracterizó por el rechazo de la razón como principio, anteponiendo el sentimiento y la fantasía en el arte.

Entre los rasgos de la literatura romántica se encuentran:
·         el predominio del "yo" 
·         la evasión de la realidad (temas medievales, místicos, leyendas y el exotismo oriental);
·         el nacionalismo (interés en el arte popular y las costumbres locales, particularmente los Hermanos Grimm en Alemania.
·         la libertad formal (mezcla de prosa y verso, ruptura de las unidades aristotélicas en teatro) frente al academicismo neoclásico.  
·         la búsqueda de la belleza fuera de la armonía y el equilibrio (lo sublime en lo terrible, lo sobrenatural, lo macabro, inicios de la novela Gótica -Mary Wollstonecraft ShelleyFrankenstein o el moderno Prometeo, 1818-).


Entre los escritores románticos se encuentran Goethe, Friedrich Hölderlin y E.T.A. Hoffmann en Alemania; Walter Scott, Percy Shelley, John Keats y Lord Byron en Inglaterra; Chateaubriand, Alphonse de Lamartine y Victor Hugo en Francia; Edgar Allan Poe en Estados Unidos; Manzoni y Leopardi en Italia, el Duque de Rivas, José Zorrilla y José de Espronceda en España; Ignacio Manuel Altamirano y Guillermo Prieto en México, José Hernández en Argentina.

Realismo y naturalismo
A mediados del siglo XIX hubo un cambio en los gustos literarios hacia el rechazo de los "excesos del romanticismo". Se consideraron de mal gusto el sentimentalismo, la anarquía formal y los temas fantásticos, pero se conservó el costumbrismo romántico, que fue llevado a sus últimas consecuencias.
Las características propias de la literatura realista son la documentación y las descripciones puntuales y minuciosas. En la mayor parte de los casos, expresa posiciones políticas progresistas o radicales, en el entorno de las revoluciones liberales (revolución de 1830 y revolución de 1848) y un cierto  cuestionamiento de las posiciones religiosas oficiales, que a veces es resultado de una espiritualidad muy profunda.
Pueden establecerse dos modalidades en la novela realista:
La novela social (no confundir con el estilo denominado realismo socialista, propio del siglo XX), la que reproduce los distintos ambientes sociales generados por la progresiva instalación de la nueva sociedad de clases frente a la antigua sociedad estamentaly el triunfo de los valores de la revolución burguesa (la movilidad social, el arribismo de los nuevos ricos, el declive del concepto deshonor nobiliario -que al extenderse a toda la sociedad produjo paradójica mente una edad de oro del duelo-). Ejemplos destacados fueron la Comedia humana de Honoré de Balzac; David Copperfield, de Charles Dickens; Episodios nacionales, de Benito Pérez Galdós; El crimen del padre Amaro, de José María Eça de Queirós, etc.
La novela psicológica, que trata los temperamentos y motivaciones de los personajes, cuya psicología se intenta reconstruir no sólo en retratos (etopeya), sino mediante sus acciones, sobre todo en la relación con los demás y en sus reacciones ante los conflictos: El rojo y el negro de Stendhal; Madame Bovary de Gustave Flaubert; Los hermanos Karamázov y Crimen y Castigo deFiodor Dostoievski, etc.


Modernismo y Vanguardismo.
Mientras que en el mundo anglosajón el término modernismo se utiliza como sinónimo de arte moderno, y se suele calificar de modernistas a autores innovadores de la talla de Franz Kafka, James Joyce, Marcel Proust o Bertolt Brecht, al identificarlo con las llamadas vanguardias históricas que llenan toda la primera mitad del siglo XX; en cambio, en la utilización que se hace en la bibliografía en español del término modernismo en las artes, se restringe a un determinado estilo artístico que en las artes plásticas se denomina Art Nouveau (en Francia), Sezession (en Austria) o Jugendstil (en Alemania), y que se desarrolló en las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX (hasta la Primera Guerra Mundial). En la historia de la literatura en español, se suele asociar modernismo con la trascendental figura del nicaragüense Rubén Darío.
En España se suele señalar la influencia modernista, en el sentido de la de Rubén Darío, en la Generación del 98, sobre todo en Valle Inclán y Antonio Machado; y también en otros autores, como Jacinto Benavente, Francisco Villaespesa y Juan Ramón Jiménez. En otros países hispanoamericanos, son calificados de modernistas Amado Nervo, Manuel Gutiérrez Nájera, Enrique González Martínez, Leopoldo Lugones, José Martí, etc. En cambio, con el nombre de modernismo brasileño se hace referencia a movimiento vanguardista de los años 1920 (Mário de Andrade, Macunaíma.

Tras la Primera Guerra Mundial (1914-1918), que impuso la estética angustiada del expresionismo, en el período de entreguerras (1918-1939), agitado por el ascenso de los totalitarismos (la Unión Soviética, la Italia fascista y la Alemania nazi) y la crisis del 29, surgen numerosos proyectos de literatura experimental asociados a las vanguardias artísticas, que encontraron una más visible difusión en la pintura: futurismo (Marinetti), dadaísmo (Tristan Tzara), surrealismo (André Breton), etc.
En España, etiquetas como el ultraísmo, el creacionismo, la poesía pura y el surrealismo fueron asignadas a distintas fases de las trayectorias personales de cada uno de los componentes de la generación de 1927: Jorge Guillén, Pedro Salinas, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Emilio Prados o Manuel Altolaguirre. El más importante de los epígonos del 27 fue Miguel Hernández, mientras que otros poetas, como León Felipe, se sitúan en una generación anterior. Separados de la mayor parte de ellos por la tragedia de la Guerra Civil Española y el exilio, los poetas del bando franquista: José María Pemán o Luis Rosales. En el llamado exilio interior surgió la poesía social de la generación de 1950 (Blas de Otero, José Hierro, Jaime Gil de Biedma) y posteriormente los denominados novísimos.
En Hispanoamérica destacaron los chilenos Pablo Neruda, Vicente Huidobro y Gabriela Mistral; los argentinos Jorge Luis Borges y Alfonsina Storni y el peruano César Vallejo (España, aparta de mí este cáliz). Otros movimientos fueron el estridentismo, Los Contemporáneos y la novela regionalista.



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